31 de marzo de 2017

Ópera en el cine: Madama Butterfly ROH 2016/17

Madama Butterfly - ROH 2016/17

Esta ópera fue retransmitida en directo desde el Royal Opera House de Londres por Versión Digital para España y proyectada en diferentes salas de cine (Cinesur, Cinesa, Kinépolis, Ocine, etc.), a las 20:15, hora española, ayer 30 de marzo de 2017. El precio de la entrada, que puede estar sujeto a variación según la cadena de cines, en mi caso fue de 19€ en Cinesur, que además tuvo la cortesía de ofrecer un ambigú en el intermedio para todos los asistentes.

Como dato relevante sobre el alcance de estas retransmisiones en directo, destacar que la ópera fue proyectada en 1030 salas de cine de 29 países y en 9 idiomas diferentes.

La sutileza desgarradora de Madama Butterfly la convierte en una ópera capaz de conmoverte en lo más profundo. Nadie queda indiferente ante el dolor de esa madre y su sufrimiento acumulado a lo largo de toda la obra que culmina con el fatal desenlace que, como poco, te hace sentir un nudo en la garganta. Puccini lo logró una vez más dejándonos esta obra maestra. Vamos a analizar la función de ayer.

La producción, como ya se adelantó en la preparación previa, estuvo dirigida por la dupla formada por el belga Moshe Leiser y el francés Patrice Caurier. Este tándem trabaja siempre junto desde 1982 y además lo hacen con el mismo equipo de colaboradores. La propuesta fue de corte clásico y minimalista. Hay que reconocer que ésta es una ópera que se presta poco a la fantasía por contar con pocos ambientes a recrear, ya que prácticamente toda la acción transcurre en el mismo lugar. Aún así, la idea de enmarcar todo en una única estancia resultó un poco monótona. Solo los cambios de luces y el juego de persianas daban algo de dinamismo al entorno. Los directores decidieron, por tanto, centrar la atención en los protagonistas y sus interacciones.

La escenografía, a cargo de Christian Fenouillat, además de lo referido anteriormente, contó con los elementos de obligada presencia, a saber, documentos nupciales, mesa de té, la carta de Pinkerton, una estatua de la libertad en miniatura a modo de guiño, la banderita americana y, por supuesto, el cuchillo con el que se pone fin al drama, poco más. Cabe destacar, en el plano negativo, el ruido inadmisible que hacían las persianas al bajar y subir automáticamente. Como positivo, que la monotonía escénica la rompió el momento de la entrada del tío Bonzo y la composición final, muy efectista con la caída de las flores del cerezo sobre el cuerpo yacente de Butterfly, aunque sus aleteos agonizantes restaron dramatismo a la muerte. El vestuario de Agostino Cavalca, fantástico. Sobre todo en los personajes japoneses, además de sus kimonos, la caracterización de todos ellos fue la nota de color que, a mi juicio, salvó la propuesta escénica.

En líneas generales, esta producción que nació en 2003 y está ante su quinta reposición, se la juega todo a la carta de la interpretación de los personajes. Necesita monstruos escénicos para dar vida a ese escenario tan hierático. En esta ocasión, hubo uno y descomunal llamado Ermonela Jaho.

Ya que la hemos citado, empezaré analizando el reparto por la soprano albanesa Ermonela Jaho. Todos los elogios son pocos para la que fue la piedra angular sobre la que se cimentó la producción. Aunque en el personaje de Madama Butterfly recae el peso de la obra, defenderlo como lo hizo Ermonela Jaho, engrandece una producción que no pasaría de discreta. En el apartado físico resultó muy creíble, no hablo de raza o color de la piel, sino de edad y complexión. Es cierto que se trata de interpretar a una joven de 15 años y cumplir este requisito se antoja complicado pero, con la excepción de los primeros planos y gracias a una dosis adecuada de maquillaje y caracterización, la soprano construyó una Madama Butterfly muy convincente. Vocalmente estuvo excelsa. Alternó sutileza y bravura conforme lo requería la partitura e hizo gala de un talento innato para la interpretación. Impactantes fueron sus lágrimas confirmando que presenciar una actuación suya es sinónimo de compromiso y calidad. La otra cara de la moneda fue el tenor argentino Marcelo Puente que, en mi opinión, no estuvo vocalmente al nivel. Le daré otra oportunidad para comprobar si es falta de talento o problemas con este rol de Pinkerton, temiendo que sea lo primero. Con problemas para colocar la voz, una vez lo ha hecho proyecta con potencia, pero parece andar siempre en la cuerda floja. Mejoró levemente al final y solo me convenció cuando cantó en conjunto, como en el último trío. Scott Hendricks, barítono americano, en el personaje de Sharpless tampoco tuvo una actuación destacada. Las muecas de las que se valía pusieron de manifiesto que no cuenta con una voz natural y rotunda. Elizabeth DeShong, como Suzuki, estuvo genial. La mezzosoprano americana, como ya ha demostrado en otras obras, tiene nivel para cantar papeles más relevantes y fue un lujo contar con ella en este reparto. También me gustó mucho el Goro del tenor italiano Carlo Bosi, destacando en todas sus intervenciones con una vocalización clara y emisión precisa. Por último, destacar de entre los secundarios a Yuriy Yurchuk como el Príncipe Yamadori.

El coro del ROH me dejó muchas dudas en la escena de la boda. Bien en la entrada de Butterfly y sublime en el famoso a bocca chiusa. No tenían una obra para exhibirse pero cumplieron con las exigencias.

La dirección de la orquesta a cargo de Antonio Pappano tuvo algunos altibajos que me causaron extrañeza por el alto concepto que tengo de él como director. La obertura un tanto atropellada siguió con un tempo extenuante nada propio de la obra que teníamos entre manos. Conforme fue avanzando, la cosa se hizo más reposada y más agradable de saborear. Antonio Pappano destaca por su capacidad de sinergizar y colaborar con los cantantes. Su comunión con la soprano Ermonela Jaho fue total pero no tanto con Marcelo Puente y Scott Hendricks a los que atronó con la orquesta en sus primeras intervenciones. El momento cumbre lo alcanzó al comienzo del tercer acto, con el interludio orquestal, que dirigió de forma magistral.

En definitiva, una ópera es un espectáculo tan completo que, si cualquiera de los múltiples elementos que lo componen destaca, bien puede merecer la pena una función completa. En la Madama Butterfly de ayer, como se preveía, la monumental actuación de la soprano Ermonela Jaho lo eclipsó todo, convirtiendo una propuesta discreta en una función memorable.

MADAMA BUTTERFLY de Giacomo Puccini

Cio-Cio-San, Madama Butterfly
Ermonela Jaho
Benjamin Franklin Pinkerton
Marcelo Puente
Sharpless
Scott Hendricks
Suzuki
Elizabeth DeShong
Goro
Carlo Bosi
Príncipe Yamadori
Yuriy Yurchuk
El tío Bonzo
Jeremy White

Director
Antonio Pappano
Director de escena
Moshe Leiser y Patrice Caurier
Escenografía
Christian Fenouillat
Diseño de vestuario
Agostino Cavalca

Royal Opera House, Londres, 30 de marzo de 2017

23 de marzo de 2017

Próximamente en cines: Madama Butterfly, 30 de marzo, ROH

Volvemos a hablar de las retransmisiones de ópera en el cine para destacar la Madama Butterfly que se ofrecerá la semana que viene y en riguroso directo desde el Royal Opera House de Londres. Este desgarrador drama de Puccini tiene una pinta excelente en esta producción, tanto por el reparto vocal como por la propuesta escénica. Paso a contar algo más sobre la cita.



¿Cuándo?
Jueves 30 de marzo de 2017 a las 20:15, en directo desde el Royal Opera House de Londres. Retransmitido por Versión Digital, podéis consultar las salas de cine asociadas aquí y comprar las entradas. El precio de las mismas puede variar según la sala de cine a la que acudáis, en mi caso, el importe ha sido de 19€ mediante la venta anticipada online en Cinesur.

¿Qué?
Madama Butterfly es una ópera en tres actos de Giacomo Puccini, con libreto en italiano del tándem formado por Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, cuya colaboración ya dio grandes frutos en otras obras del compositor como La Bohème o Tosca. La ópera se estrenó en La Scala de Milán en 1904 y tres años después en España en el Teatro del Bosc de Barcelona. Puccini revisó la obra hasta en cuatro ocasiones, siendo la primera versión, en dos actos, la del estreno mundial y la quinta, y definitiva, la del estreno en España. Actualmente se representan tanto la primera versión como la última. La duración estimada es de 2 horas.

Personajes
Cio-Cio-San, Madama Butterfly. Joven japonesa de quince años, enamorada del teniente de navío B. F. Pinkerton. Papel para soprano lírico-spinto que debe tener dotes de actriz y a ser posible forma física acorde al personaje.
Benjamin Franklin Pinkerton. Teniente de navío norteamericano, enamorado de Madama Butterfly y casado después con Kate. Papel para tenor lírico.
Sharpless. Cónsul americano en Nagasaki. Papel para barítono de exigencias modestas.
Suzuki. Criada fiel de Madama Butterfly. Papel mediano para mezzosoprano.
Goro. Casamentero y alcahuete. Papel menor para tenor ligero.
Príncipe Yamadori. Enamorado de Madama Butterfly. Papel episódico, aunque vistoso, para barítono.
El tío Bonzo. Tío de Madama Butterfly, lanza anatemas sobre ella por haber abrazado el cristianismo. Papel colorista pero breve para bajo.
Coro. Con momentos importantes.

Argumento (vía Wikipedia)
La acción se desarrolla en Nagasaki a principios del siglo XX.

Acto 1
En 1904, B. F. Pinkerton, un oficial de la Armada estadounidense a bordo del USS Abraham Lincoln, toma una casa sobre una colina en Nagasaki, Japón, para sí y su prometida, la quinceañera Cio-Cio-San, apodada Butterfly. Por intermedio del casamentero Goro, el marino ha arreglado su matrimonio con la muchacha. Ella ve ese vínculo como un compromiso de por vida, pero para Pinkerton sólo se trata de una aventura fuera de su país. Como las leyes de divorcio japonesas son muy laxas, su secreta intención es divorciarse de la joven nipona una vez que encuentre la esposa estadounidense adecuada. La boda tendrá lugar en la casa, y Butterfly está tan animada por casarse con un estadounidense que antes se convierte secretamente del budismo al cristianismo. Su tío Bonzo, un monje budista, descubre la conversión, va a la casa, maldice a la joven y ordena a todos los invitados que se vayan, lo que hacen todos al tiempo que reniegan de ella. Butterfly y Pinkerton se casan de todas formas, y tienen su apasionada primera noche de amor (dúo Vogliatemi bene).

Acto 2
Tres años después, Butterfly está a la espera del regreso de Pinkerton, quien partió a Estados Unidos poco después de la boda. Su criada Suzuki intenta convencerla de que él no volverá, pero ella no la escucha. En un apasionado intento por convencerla de lo contrario, Butterfly canta su gran aria (Un bel dí vedremo). Goro, el casamentero que arregló el matrimonio, sigue intentando casarla de nuevo, pero ella no lo escucha tampoco, pese a la pobreza extrema que atraviesa. Sharpless, el cónsul norteamericano, llega a la casa con una carta que le ha enviado Pinkerton, en la que le pide que le explique a Butterfly que él volverá a Japón, pero no con la intención de estar con ella. Él comienza a leer la carta pero no puede decidirse a acabarla pues Butterfly se altera demasiado al oír que Pinkerton regresa. Con el fin de prepararla para la verdad, Sharpless le pregunta qué haría con su vida si Pinkerton decidiese no volver jamás. Con seriedad impetuosa, Butterfly responde que sólo podría volver a divertir a la gente con sus canciones, o bien, morir.
Cuando Sharpless trata de convencerla de que se case con el rico Yamadori, un príncipe que la pretende, Butterfly le revela que tuvo un hijo de Pinkerton, producto de su noche de bodas, y argumenta que el marino podrá olvidarla a ella pero no a su hijo. Butterfly, desolada, toma al niño en sus brazos y canta su dolorosa aria Che tua madre dovrá. Sharpples se retira y la joven corre a observar con un catalejo por la ventana hacía el océano. Al divisar la bandera de la nave estadounidense Abraham Lincoln, el barco que dirige Pinkerton, siente triunfar su amor por verlo volver y le pide a Suzuki que llenen el espacio con flores de todo tipo, para que la llegada de Pinkerton sea en primavera como él había prometido. Expectantes, Suzuki, Butterfly y su hijo esperan toda la noche la llegada del barco. Al amanecer, Butterfly cae rendida y duerme.

Acto 3
Suzuki se despierta por la mañana; Butterfly duerme. Llegan Sharpless y Pinkerton, junto con Kate, la nueva esposa estadounidense del marino. Han venido porque, al enterarse de la existencia del hijo deciden recogerlo para criarlo en los Estados Unidos. Cuando Pinkerton ve cómo Butterfly ha decorado la casa para su regreso, se da cuenta de que él ha cometido un gran error. Admite que es un cobarde y no puede enfrentarse a ella, de manera que Suzuki, Sharpless y Kate le dan la noticia a ella. Ella se muestra conforme con entregar al niño si Pinkerton viene él mismo a verla. Mientras tanto, ella pide perdón ante una estatua de Buda, se despide de su hijo y le tapa los ojos (Tu tu piccolo iddio). Luego se retira a sus habitaciones y se clava el cuchillo de su padre. Tambaleante, besa a su hijo y muere. Pinkerton se apresura a entrar, pero es demasiado tarde.

Discografía
La grabación que tengo y recomiendo es la de Mirella Freni, José Carreras, Teresa Berganza, Juan Pons. Ambrosian Opera Chorus y Philharmonia Orchestra dirigidos por Giuseppe Sinopoli. Deutsche Grammophon 2 CD, grabado en estudio, 1987 (puede adquirirse vía Amazon aquí).


Madama Butterfly es la culminación del éxito de la colaboración de Puccini con los libretistas Illica y Giacosa. A partir de entonces el compositor sufrió un periodo de crisis a nivel personal, aunque aún habría de componer otras grandes obras como La faciulla del West, La rondine, Il Trittico o la inacabada Turandot. Según las estadísticas de Operabase aparece la nº 8 de las óperas más representadas en todo el mundo, la 4ª de Italia y la 3ª de Puccini, después de La Bohème y Tosca.

¿Cómo?
Esta producción que nos ofrecen desde Covent Garden cuenta con la dupla de directores Moshe Leiser y Patrice Caurier. El belga y el francés han trabajado juntos desde 1982 dirigiendo multitud de óperas en los teatros más importantes del mundo, debutando en el ROH en el año 2000. Además este dúo franco-belga siempre trabaja con el mismo equipo de producción, a saber, Christian Fenouillat como escenógrafo, Agostino Cavalca como diseñador de vestuario y Christophe Forey como diseñador de iluminación. La propuesta escénica, de corte clásico, se presenta muy colorida y concediendo mucha importancia a la iluminación. Los escenarios con pocos elementos contribuyen a dar protagonismo a los cantantes que con su interpretación deberán transmitir la gran carga dramática que posee esta ópera.

La dirección de la orquesta del teatro londinense correrá a cargo de su director titular Antonio Pappano. Su presencia es garantía de calidad y sintonía con los cantantes. En cuanto al reparto, encontraremos a la excelente soprano albanesa Ermonela Jaho cuya seña de identidad, al margen de su calidad vocal, es el compromiso interpretativo con los personajes que encarna. Violetta en La Traviata o Sour Angelica en la ópera homónima son algunas de sus destacadas y sentidas interpretaciones. Esta Madame Butterfly es un rol que le va como anillo al dedo. El tenor argentino Marcelo Puente hará su debut en el ROH con este papel de Pinkerton; mientras que el barítono americano Scott Hendricks, que ya debutó como Barón Scarpia en Tosca, defenderá en esta ocasión el rol de cónsul Sharpless. Como Suzuki tendremos a la mezzosoprano americana Elizabeth DeShong, que pude ver en directo hace dos años en la Ópera Estatal de Viena en La Cenerentola de Rossini. Todo un lujo.

En definitiva, Madama Butterfly es una ópera fundamental del repertorio y una de las obras cumbre en la producción musical de Puccini. Se trata de una historia conmovedora capaz de estremecer a los más hieráticos. Si sumamos el placer de ver a una soprano tan comprometida como Ermonela Jaho en el papel principal y en una producción del nivel que acostumbra el ROH, se presume una noche formidable. Veremos cómo resulta.

14 de marzo de 2017

Línea del tiempo de la ópera


Tras el desplante de la diva rumana, Angela Gheorghiu, al Teatro Colón de Buenos Aires en el inicio de su temporada lírica y el anuncio del debut de Jonas Kaufmann en el Liceu de Barcelona con una ópera representada, Andrea Chénier, acontecimientos de rabiosa actualidad, vamos a echar la vista atrás. Concretamente al inicio de los tiempos, de la ópera, se entiende.

He elaborado, no sin ayuda, una lista a modo de timeline, con las óperas más destacadas a lo largo de la historia. La empresa era ambiciosa, pues abarca todos los periodos, desde los inicios, donde algunos consideran el Orfeo de Monteverdi y otros la Eurídice de Peri como la primera ópera en sentido estricto, hasta nuestros días, pasando por el barroco, clasicismo, romanticismo, verísmo, etc.

La lista no pretende ser exhaustiva, pues no están todas las que son, pero sí representativa. En algunos casos solo se incluye una obra de determinados compositores, por ser la única compuesta o la considerada obra cumbre de su producción operística, en otros casos, solo se enumera la selección de las más destacadas. Hay catálogos de compositores que resultan inabarcables, como por ejemplo, el caso de Vivaldi, que afirmó haber compuesto 94 óperas, aunque solo están documentadas unas cincuenta. Por este motivo, el periodo barroco está someramente representado.

Esta lista que inicié con la idea de que fuera de obras imprescindibles ha ido creciendo hasta hacerse casi enciclopédica. Para su elaboración he seguido el criterio de la presencia de las mismas en el repertorio habitual, consultado las estadísticas de Operabase; aún así, me he permitido alguna que otra licencia. Espero que la lista os sea de utilidad tanto para consultar y salir airosos como vimos en El Trivial y la ópera, como para que os hagáis una idea de la cantidad y variedad de obras de que disponemos. ¿Echáis alguna ópera destacada en falta? ¿Cuántas de esta lista domináis? ¿Habéis descubierto alguna que no conocíais?


1600 | Eurídice (Peri)
1607 | Orfeo (Monteverdi)
1640 | Il ritorno d'Ulisse in patria (Monteverdi)
1642 | L'icoronazione di Poppea (Monteverdi)
1654 | Il Xerse (Cavalli)
1676 | Atys (Lully)
1683 | Venus y Adonis (Blow)
1686 | Armida (Lully)
1689 | Dido and Aeneas (Purcell)
1711  | Rinaldo (Haendel)
1714 | Orlando furioso (Vivaldi)
1724 | Giulio Cesare (Haendel)
1725 | Rodelinda (Haendel)
1727 | Farnace (Vivaldi)
1733 | Hippolyte et Aricie (Rameau)
1735 | Ariodante (Haendel)
1735 | Alcina (Haendel)
1735 | Les Indes galantes (Rameau)
1737 | Castor et Pollux (Rameau)
1762 | Orfeo y Eurídice (Gluck)
1777 | Il mondo della luna (Haydn)
1781 | Idomeneo (Mozart)
1782 | Die Entführung aus dem Serail (Mozart)
1784 | Armida (Haydn)
1786 | Una cosa rara (Martín y Soler)
1786 | Le nozze di Figaro (Mozart)
1787 | Don Giovanni (Mozart)
1788 | Axur, rey de Ormuz (Salieri)
1790 | Così fan tutte (Mozart)
1791 | La clemenza di Tito (Mozart)
1791 | Die Zauberflöte (Mozart)
1792 | Il matrimonio segreto (Cimarosa)
1805 | Fidelio (Beethoven)
1813 | Tancredi (Rossini)
1813 | L'italiana in Algeri (Rossini)
1814 | Il turco in Italia (Rossini)
1816 | Otello (Rossini)
1816 | Il barbiere di Siviglia (Rossini)
1817 | La gazza ladra (Rossini)
1817 | La cenerentola (Rossini)
1819 | La donna del lago (Rossini)
1821 | El cazador furtivo (Weber)
1823 | Semiramide (Rossini)
1829 | Guillermo Tell (Rossini)
1830 | I Capuleti e i Montecchi (Bellini)
1830 | Anna Bolena (Donizetti)
1831 | La sonnambula (Bellini)
1831 | Norma (Bellini)
1832 | L'elisir d'amore (Donizetti)
1833 | Lucrecia Borgia (Donizetti)
1835 | I Puritani (Bellini)
1835 | Lucia di Lammermoor (Donizetti)
1835 | Fierabrás (Schubert)
1836 | Una vida por el Zar (Glinka)
1837 | Roberto Devereux (Donizetti)
1840 | La fille du régiment (Donizetti)
1840 | La favorita (Donizetti)
1842 | Nabucco (Verdi)
1843 | Don Pasquale (Donizetti)
1844 | Ernani (Verdi)
1843 | Der Fliegende Holländer (Wagner)
1844 | I due Foscari (Verdi)
1845 | Tannhäuser (Wagner)
1847 | Macbeth (Verdi)
1850 | Lohengrin (Wagner)
1850 | Genoveva (Schumann)
1851 | Rigoletto (Verdi)
1853 | Il Trovatore (Verdi)
1853 | La Traviata (Verdi)
1857 | Simon Boccanegra (Verdi)
1859 | Un ballo in maschera (Verdi)
1859 | Faust (Gounod)
1862 | La forza del destino (Verdi)
1863 | Les Pècheurs de perles (Bizet)
1863 | Les Troyens (Berlioz)
1865 | Tristan und Isolde (Wagner)
1866 | La novia vendida (Smetana)
1867 | Roméo et Juliette (Gounod)
1867 | Don Carlo (Verdi)
1868 | Mefistófeles (Boito)
1868 | Die Meistersinger von Nürnberg (Wagner)
1869 | Das Rheingold (Wagner)
1870 | Die Walküre (Wagner)
1871 | Aida (Verdi)
1871 | Marina (Arrieta)
1873 | Hänsel und Gretel (Humperdinck)
1874 | Borís Godunov (Músorgski)
1875 | Carmen (Bizet)
1876 | Siegfried (Wagner)
1876 | Götterdämmerung (Wagner)
1876 | La Gioconda (Ponchielli)
1877 | Samson et Dalila (Saint-Saëns)
1879 | Eugene Onegin (Tchaikovsky)
1881 | Les contes d'Hoffmann (Offenbach)
1882 | Parsifal (Wagner)
1884 | Manon (Massenet)
1886 | Khovanshchina (Músorgski)
1887 | Otello (Verdi)
1890 | El príncipe Igor (Borodín)
1890 | La dama de picas (Tchaikovsky)
1890 | Cavalleria rusticana (Mascagni)
1892 | Werther (Massenet)
1892 | Pagliacci (Leoncavallo)
1893 | Manon Lescaut (Puccini)
1893 | Falstaff (Verdi)
1894 | Thaïs (Massenet)
1896 | La Bohème (Puccini)
1896 | Andrea Chénier (Giordano)
1899 | Cendrillon (Massenet)
1900 | Tosca (Puccini)
1901 | Rusalka (Dvorák)
1902 | Pelléas et Mélisande (Debussy)
1902 | Adriana Lecouvreur (Cilea)
1902 | Merlin (Albéniz)
1903 | Tiefland (D'Albert)
1903 | Le roi Arthus (Chausson)
1904 | Madama Butterfly (Puccini)
1904 | Jenufa (Janácek)
1905 | Salomé (Strauss)
1907 | Ariana y Barbazul (Dukas)
1909 | Elektra (Strauss)
1909 | El gallo de oro (Rimski-Kórsakov)
1910 | Der Rosenkavalier (Strauss)
1910 | Don Quichotte (Massenet)
1910 | La fanciulla del West (Puccini)
1913 | La vida breve (Falla)
1913 | Pénélope (Fauré)
1918 | El castillo de Barbazul (Bartók)
1918 | Il tabarro (Puccini)
1918 | Suor Angelica (Puccini)
1918 | Gianni Schicchi (Puccini)
1919 | La mujer sin sombra (Strauss)
1921 | El amor de las tres naranjas (Prokófiev)
1921 | Katia Kabanová (Janácek)
1922 | Der Zwerg (Zemlinsky)
1923 | Padmâvatî (Roussel)
1924 | La zorrita astuta (Janácek)
1925 | Wozzeck (Berg)
1925 | El niño y los sortilegios (Ravel)
1926 | El caso Makropulos (Janácek)
1926 | Turandot (Puccini)
1926 | Rey Roger (Szymanowski)
1930 | Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny (Weill)
1930 | De la casa de los muertos (Janácek)
1930 | La nariz (Shostakóvich)
1932 | Moisés y Aarón (Schönberg)
1932 | Flammen (Schulhoff)
1933 | Arabella (Strauss)
1934 | Lady Macbeth (Shostakóvich)
1935 | Porgy and Bess (Gershwin)
1936 | Edipo (Enescu)
1937 | Lulú (Berg)
1945 | Peter Grimes (Britten)
1949 | La dueña (Gerhard)
1951 | Billy Budd (Britten)
1951 | The rake's progress (Stravinski)
1952 | Boulevard Solitude (Henze)
1954 | The turn of the screw (Britten)
1954 | El ángel de fuego (Prokófiev)
1957 | Dialogues des Carmélites (Poulenc)
1958 | Vanessa (Barber)
1958 | Assassinio nella cattedrale (Pizzetti)
1965 | Die Soldaten (Zimmermann)
1966 | Las bacantes (Henze)
1967 | Bomarzo (Ginastera)
1969 | Los demonios de Loudun (Penderecki)
1973 | Death in Venice (Britten)
1976 | Einstein on the beach (Glass)
1978 | Le grand macabre (Ligeti)
1983 | Saint François d'Assise (Messiaen)
1991 | La muerte de Klinghoffer (Adams)
2000 | L'amour de loin (Saariaho)
2005 | Doctor Atomic (Adams)
2012 | Written on skin (Benjamin)

6 de marzo de 2017

El Trivial y la ópera

La ópera, para algunos un género musical desconocido, es, sin embargo, un pilar fundamental en la historia de la música. La música, a su vez, está reconocida como una de las principales disciplinas artísticas junto con la literatura, la arquitectura, la pintura, la escultura, la fotografía, las artes escénicas o la cinematografía. Es cierto que, como vimos en el post ¿Qué vas a encontrar en una ópera?, en la ópera convergen varias facetas artísticas, encuadrándose, por tanto, en la categoría de artes mixtas como también lo son el cine o el teatro.

Cuando uno quiere poner a prueba su nivel cultural, entendido como conjunto de conocimientos de toda índole almacenados en nuestra memoria a lo largo del tiempo, no debe descuidar ninguna de las materias. Ser un todoterreno y dominar las diferentes especialidades te habilita tanto para ser el ídolo doméstico en el juego de mesa familiar como para llenarte los bolsillos y ser aclamado en un concurso de televisión.

En el primero de los escenarios planteados, el ámbito familiar, parece más fácil salvar la papeleta. Además de “jugar en casa” y salvo que cuentes con algún cuñado listillo, las probabilidades de salir victorioso son mayores. Si además en tu público cuentas con tus hijos, y éstos son pequeños, hagas lo que hagas, para ellos serás el mejor. En la segunda de las situaciones, la cosa cambia. El concurso de la tele, toda esa gente desconocida en el plató, otra mucha a la que has convocado en sus casas delante del aparato, los nervios del directo y una pregunta en el aire.

¿Pero quién le manda a éste tipo hacerme esta pregunta sobre la ópera? ¿Qué desalmado le habrá escrito esa diabólica tarjeta? Atención: Ingeniero con estudios parciales de Historia del Arte, muy viajado, avezado lector y escritor a ratos, pintor en la juventud, amante de los Beatles y con el cine como hobby, al borde del abismo. Eso sí, una vez vio El Fantasma de la Ópera, que dicho sea de paso, no es una ópera, sino un musical.

Dejemos a un lado a nuestro angustiado protagonista para ahondar en el tema de los concursos. Aunque no soy muy asiduo a ellos, quién no ha visto alguna vez el eterno Saber y Ganar con Jordi Hurtado o el más reciente Ahora Caigo de Arturo Valls, sin olvidar el millonario rosco de Pasapalabra. Si no lo habéis advertido os invito a que, de ahora en adelante, pongáis atención y contabilicéis las veces que, en este tipo de concursos, surgen preguntas relacionadas con la ópera. Son más de las que mucha gente podría pensar.

Una persona relacionada con el marketing y los medios, me dijo recientemente que la ópera es tendencia. Me gustó oírlo y ojalá sea verdad. Quizás el bueno de Ramón Gener haya contribuido a ello. Algunos desde nuestra humilde tribuna pretendemos continuar esa senda de la divulgación. Lo que pretendo poner de manifiesto es que cualquier individuo que presuma de tener un nivel de cultura suficiente para batirse el cobre en duelos caseros o televisivos, no debe descuidar los aspectos más básicos de la ópera. Los principales compositores, sus obras más reconocidas, algunos de los personajes de las mismas, los tipos de voces existentes o los cantantes más famosos, entre otras cuestiones. Aunque nunca sabremos si con esto es suficiente, parece un buen punto de partida.

Tengo que confesar que para escribir esta entrada me inspiré en el desatino de un compañero de trabajo, cuyo nombre no revelaré para preservar su reputación y que tuvo la valentía de contarme su descalabro con el Trivial Pursuit.

A continuación os dejo imágenes de las preguntas que le tocaron en suerte y que a buen seguro no olvidará. Gracias por las fotos.




Queda por tanto claro, que en casi cualquier prueba de conocimientos de alcance más o menos cercano o mediático, alguna pregunta sobre ópera cae. La dificultad de ésta dependerá en cada caso, aunque suele moverse a nivel de mínimos. Estad atentos a los post más didácticos que iré colgando en el blog y si vais a algún concurso de la tele, ojo con la ópera. No diréis que no estáis avisados.

A ver si alguno se anima a contestar las dos preguntas moradas, categoría arte y literatura, de las anteriores tarjetas. Si tiene éxito igual me planteo incluir una sección en el blog con algo más de dificultad.